Hoy te recuerdo taita.
Me eh quedado pensando en ti la media hora que tardo el taxi en el trabajo y a pesar de tantas cosas que eh logrado y eh ganado me doy cuenta que perdi de mi vida lo mejor que tenia.
Camine tres dias desde que tu partiste ese dia negro de febrero que me gritaba en silencio que no volverias que tendria que asegrurar la reja puesto que tu ya no volverias.
Lima siempre fue peligrosa pero desde que te fuiste yo deje de ser un niño y me convertia en un hombre lleno de miedos y odios, tal vez si te hubieras quedado un poco mas, un poco mas de tiempo, no hubiera tenido tantas equivocaciones, nunca me hubiera lastimado asi.
Pero en el caminar de esos tres largos dias me tope con la envidia, miedo y prejuicios. Lo perdi todo, perdi lo mejor que tenia,tu.
A pesar de guardar tu voz y el aorma de tu cabello el tiempo borro de mi mente el recordar como eras exactamente eso me perturbo tanto que hoy perdido como el que no ve, no se si fuiste un sueño, el mejor que tuve. Sabes la otra noche contigo, sabes soñe que volvias que nos entabamos en el mueble con ruffo, que le decias ajos y cebollas para que se baje de donde tu querias sentarte.
Desde que partiste el tambien partio, nadie sabe donde esta. Yo creo que esta contigo en el cielo azul viajando por las estrellas, renegando que por que sube la gasolina y por que los politicos son cada vez mas rateros. Creo que le acaricias el pelaje y le dices buen chico, que estara listo a las 5pm para el lonche de te con leche. Dale viejo se libre en las nubes sonriele a la muerte y dile que nunca te pudo atrapar y que tu corazon vive en mi y en santiago y que por nuestras venas corre tu sangre orlando, que nunca podra apagar esta llama no hasta que todos estemos reunidos para juntos poder abrazarnos y decir , te extrañe carajo.
Abuelo nos vemos al rato, no te olvides de mi reza por mi y por santiango.
Atte
Bruno.M
miércoles, 24 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Novela 3
Mis ojos están cansados de mirar aquel espacio que separa la silueta del mostrador con la pared, mis dias me los pasó vagabundenado horas tras horas sin saber que hacer. Esta hora y media que vengo tratando de hilar dos oraciones para escribir en mi cuaderno las eh corregido un par de veces, hay ocasiones en la que me eh preguntado el por que de estar en un hueco miserable y no poder salir de el, pero mientras mas pienso mas me adentro hacia la oscuridad de su interior.
Hace dos meses que comenzo todo y hasta hoy creo que no lo eh superado, mientras escribo este par de lineas me acuerdo del dia en que me miraste con tus ojos tiernos y me dijiste que no me valla algo a lo que realmente no estaba preparado. Tal vez fue un error el dejarte ir o tal vez un acierto es que por fin seas libre pero lo cierto es que de las dos opciones me arrepiento.
Recuerdo, recuerdo, recuerdo….
Ya tras haber culminado el octavo ciclo de la carrera de psiquiatria me preguntadaba cabronamente que hacer en el internado, tal vez no lo se aprender a hacer lo que tenia que hacer, curar a la gente loca.Loco es un término bastante pendenciero, la verdad es que uno nunca sabe cuando uno realmente esta loco hasta que se mira al espejo y tiene sin querer la cara de otra persona.
Para mi el estar loco era la involucion involuntaria del hombre, era solo el retroceso del equilibrio que todos algun dia alcanzamos y que injustamente un dia nos topamos con esto.La sociedad, la jodida gente que nos empuja comportarnos como ellos piensan que esta bien y que nos dicen lo que debemos decir.
En aquel entonces, me refiero al internado, me comportaba de manera un tanto infantil me comportaba como tus piernas al momento de decirme una mentira o de decirme que me amabas. Por momentos era tan frágil que me debilitaba el solo pensar que no me querías. Tú eras aun una colegiala y yo ya apestaba a doctor, nuestra relación era casi una utopía solo que real en mi mente estúpida y llena de fantasías algo extraño te empujo aquel día que viniste con tus padres, no lo se tal vez fue que el destino te jugo una mala jugada y te trajo a mí.
Mi día había pasado sin sobre saltos, ya era el cuarto de los que pasaba en el internado. El cuarto día de aburrimiento y fatiga desde mi punto de vista y aún más era una lucha contra el reloj que ingratamente pasaba las manecillas cada vez más lentas y tediosas. De repente te veo a lo lejos con ese traje azul militar de colegio anticuado y olvidado en el tiempo, ese que tanto me gustaba y me tumbaba como un baboso delante de tus delgaduchas piernas. Al costado tu padre, bueno me detengo para increparte cómo es que tuviste la osadía de tener un padre tan encabronado y mezquino, no sé cómo pudiste haber evitado parecerte a él, pero hiciste un buen trabajo. Tenía la mirada maquiavélica más grande del mundo y sus vestidos parecían sacados de una película de terror. Me acerque en el vano intento de captar tu atención viéndote con el rabillo del ojo mientras que por el otro esperaba con detenimiento la respuesta que me daría aquel hombre parado junto a ti, patine pensé.
Se daría cuenta de que no soy aun doctor y que por supuesto que tú no tienes gripe, que solo el destino ha conspirado para poder vernos un día miércoles doce de octubre, a un año y dos días de mi graduación, a un año y cuatro día de tu graduación.
Entonces me cierro la bata con la mano izquierda me tomo el cabello y empiezo la conversación. Buen día comento con un tono cálido y amable con una sonrisa que muchos dirían que vale un millón, tu padre al ver este gesto inteligentemente me replica que tu estas hace ya diez días con una envenenada gripe, que por causas que desconoce y que desconocen todos los vecinos estas afiebrada desde el día en que un asiático delgaducho vino a vivir en el departamento 301, ese que la señora justa se había cansado de esperar a que se rentara. Y todo porque en las noches según tu comentaste días después a nuestro primer encuentro amatorio penaban por las noches.
Desde que el chino vino a tu vida te causo mucho inconvenientes, muchos más de los que ya tenías e inclusive a mí, siendo el archirrival de tu amor por mí no podía sentir más que rabia de tener que ver un chinito tan delgado y desgarbado y que este para colmo sea el culpable de mis desgracias.
Como joden los chinos si no se quedan en su país vienen aquí para hacer chifas o casinos, sin embargo como después describiré líneas adelante este no quiso venir hacer uno de estos malabares sino que vino en busca de una bodega en el parque. Una bodega en que pueda conquistar tu amor y poderte llevar en un avión a Pekín.
Nunca eh sabido donde esta Pekín si me fuera a China (que jodido por lo lejano) no podría elegir un sitio más idóneo posible, la sola forma de decir Pekín implica tácitamente que es un lugar donde ninguna carrera de medicina te puede hallar, ni mucho menos el sin vergüenza doctor supervisor y que piensa que nadie debe graduarse y que todos los que estamos a punto de hacerlo somos unos estúpidos.
La vocación de solidaridad no se me hizo notar en toda mi vida y ese mismo día que estreche la mano de tu papa se me fue esquiva mas que nunca, el lo noto y yo creo que hasta yo me di cuenta que el ser doctor solo era una excusa para observar problemas que nadie los podría solucionar. Lo que sobrevino después fue un temblor de corriente helada que recorrió mi cuerpo de principio a fin y que me tuvo a mal traer, pero ante todo esto yo supe disimular bien e intente tomar un giro de 180 grados al decir con toda la desvergüenza del mundo que se trataba de la gripe asiática.
Entones me detuve, tomando un lapicero como elemento distractor, para explicar en que consistía la gripe asiática. La gripe asiática a mi parecer comente es la influenza contenida por los orientales que vienen a residir al Perú, sin embargo cabe aclarar que se necesita un tratamiento especial doctor – paciente que restaura las defensas que son precisamente que ataca este virus.
Al final de la exposición final tu ni tu padre habían entendido un carajo, yo personalmente estaba convencido de que mas sabia de jardinería que de medicina pero los ciclos pasados de la universidad me respaldaban con un futuro medico a pesar de que no se supiera que me la pasaba copiando examen tras examen y que cierta vez tuvo que enamorar a Matilde para que ella me hiciera el examen.
Esa ocasión casi no la cuento apenas me faltaban cuatro horas para el examen final de anatomía humana II y yo no pude hacer nada para que el tiempo se detuviera, entonces tuve que recurrir a lo que menos pensaba que pasaría, enamorar a la profesora.
Matilde, la profesora, tenía ya cuarenta años no se veía mal tenia a mi parecer poseía unas piernas encantadoras y su cabello era rojizo como el atardecer del verano, ese que se mira desde que los autos se van de la playa. Poseía ojos negros, cejas delineadas y un lápiz labial rojo pasión que se lo había regalado hace un año una alumna a la cual yo quise mucho. El mismo día del examen entre a clases muy temprano, en mente tenia que hacía mas de un mes que me veía con el rabillo del ojo pensando en que yo no lo notaba, así que decidí mandarme con todo, total estaba punto de jalar por tercera vez consecutiva el curso, así que me arme de valor le quite los lentes y le di un beso apasionado.
Matilde se me quedo mirando después de aquel contacto, no lo podía creer, no podía creer que yo había tomado el valor de estamparle un beso a pesar que en las reglas de la universidad estaba prohibido todo tipo de relación alumno - profesora. Entonces no aguantó más y me devolvió el beso pero esta vez con mucha más pasión de lo que hasta el día de hoy cualquier mujer me ha besado, en ese momento supe que no desaprobaría el curso más asqueroso de mi vida. La anatomía desde aquella vez pasó a ser parte de mis conocimientos puesto que pude ver instantes después su cuerpo desnudo frente al mío, jugamos al alumno y al profesor, al león y a la domadora. Su cuerpo calentaba mi cuerpo entero de los pies a cabeza y mi sangre hervía de pasión al contacto con cada una de sus caricias, al final de la histeria total, el desenlace perfecto, el cansancio.
Recuerdo que me desperté ya eran las 3pm de la tarde, la evaluación estaba programada por la noche, ella estaba durmiendo a mi costado. El piso estaba helado pero el cansancio pudo mas y nos había tendido como dos locos enamorados en busca de amor, así que sin hacer mucho ruido para no despertarla me incorpore rápidamente pero sigilosamente del piso.
Después de tiempo y para ser exactos cuatro meses y dos días tuve que decirle adiós a mi tan amada Matilde, ya para esto habíamos podido jugar en todos los rincones de la universidad, no creí que le afectaría tanto, ni que se podría como se puso el día en que tuve que decirle que ya no nos podríamos ver mas.
Ese día estaba radiante como el sol, con una sonrisa de oreja a oreja, es que el hacer el amor le había cambiado la vida, su vida había dado un vuelco de 180 grados. Esa mañana se pareció al primer beso lo que sucedió fue algo brutal. De primera instancia la había citado en el parque de los frutales que para mi era el escenario perfecta para la ocasión, era un lugar ajeno al amor y por retazos oscuro. Para mi era la primera vez que tenia que hacer frente al desamor la verdad es que no estaba preparado para decir no te amo, no te amo, no te amo e irme como un pequeño e inocente pajarillo. Podía valerme de haber nacido un hombre e imponer que por alguna vana tentación habido dejado de amarla
Hace dos meses que comenzo todo y hasta hoy creo que no lo eh superado, mientras escribo este par de lineas me acuerdo del dia en que me miraste con tus ojos tiernos y me dijiste que no me valla algo a lo que realmente no estaba preparado. Tal vez fue un error el dejarte ir o tal vez un acierto es que por fin seas libre pero lo cierto es que de las dos opciones me arrepiento.
Recuerdo, recuerdo, recuerdo….
Ya tras haber culminado el octavo ciclo de la carrera de psiquiatria me preguntadaba cabronamente que hacer en el internado, tal vez no lo se aprender a hacer lo que tenia que hacer, curar a la gente loca.Loco es un término bastante pendenciero, la verdad es que uno nunca sabe cuando uno realmente esta loco hasta que se mira al espejo y tiene sin querer la cara de otra persona.
Para mi el estar loco era la involucion involuntaria del hombre, era solo el retroceso del equilibrio que todos algun dia alcanzamos y que injustamente un dia nos topamos con esto.La sociedad, la jodida gente que nos empuja comportarnos como ellos piensan que esta bien y que nos dicen lo que debemos decir.
En aquel entonces, me refiero al internado, me comportaba de manera un tanto infantil me comportaba como tus piernas al momento de decirme una mentira o de decirme que me amabas. Por momentos era tan frágil que me debilitaba el solo pensar que no me querías. Tú eras aun una colegiala y yo ya apestaba a doctor, nuestra relación era casi una utopía solo que real en mi mente estúpida y llena de fantasías algo extraño te empujo aquel día que viniste con tus padres, no lo se tal vez fue que el destino te jugo una mala jugada y te trajo a mí.
Mi día había pasado sin sobre saltos, ya era el cuarto de los que pasaba en el internado. El cuarto día de aburrimiento y fatiga desde mi punto de vista y aún más era una lucha contra el reloj que ingratamente pasaba las manecillas cada vez más lentas y tediosas. De repente te veo a lo lejos con ese traje azul militar de colegio anticuado y olvidado en el tiempo, ese que tanto me gustaba y me tumbaba como un baboso delante de tus delgaduchas piernas. Al costado tu padre, bueno me detengo para increparte cómo es que tuviste la osadía de tener un padre tan encabronado y mezquino, no sé cómo pudiste haber evitado parecerte a él, pero hiciste un buen trabajo. Tenía la mirada maquiavélica más grande del mundo y sus vestidos parecían sacados de una película de terror. Me acerque en el vano intento de captar tu atención viéndote con el rabillo del ojo mientras que por el otro esperaba con detenimiento la respuesta que me daría aquel hombre parado junto a ti, patine pensé.
Se daría cuenta de que no soy aun doctor y que por supuesto que tú no tienes gripe, que solo el destino ha conspirado para poder vernos un día miércoles doce de octubre, a un año y dos días de mi graduación, a un año y cuatro día de tu graduación.
Entonces me cierro la bata con la mano izquierda me tomo el cabello y empiezo la conversación. Buen día comento con un tono cálido y amable con una sonrisa que muchos dirían que vale un millón, tu padre al ver este gesto inteligentemente me replica que tu estas hace ya diez días con una envenenada gripe, que por causas que desconoce y que desconocen todos los vecinos estas afiebrada desde el día en que un asiático delgaducho vino a vivir en el departamento 301, ese que la señora justa se había cansado de esperar a que se rentara. Y todo porque en las noches según tu comentaste días después a nuestro primer encuentro amatorio penaban por las noches.
Desde que el chino vino a tu vida te causo mucho inconvenientes, muchos más de los que ya tenías e inclusive a mí, siendo el archirrival de tu amor por mí no podía sentir más que rabia de tener que ver un chinito tan delgado y desgarbado y que este para colmo sea el culpable de mis desgracias.
Como joden los chinos si no se quedan en su país vienen aquí para hacer chifas o casinos, sin embargo como después describiré líneas adelante este no quiso venir hacer uno de estos malabares sino que vino en busca de una bodega en el parque. Una bodega en que pueda conquistar tu amor y poderte llevar en un avión a Pekín.
Nunca eh sabido donde esta Pekín si me fuera a China (que jodido por lo lejano) no podría elegir un sitio más idóneo posible, la sola forma de decir Pekín implica tácitamente que es un lugar donde ninguna carrera de medicina te puede hallar, ni mucho menos el sin vergüenza doctor supervisor y que piensa que nadie debe graduarse y que todos los que estamos a punto de hacerlo somos unos estúpidos.
La vocación de solidaridad no se me hizo notar en toda mi vida y ese mismo día que estreche la mano de tu papa se me fue esquiva mas que nunca, el lo noto y yo creo que hasta yo me di cuenta que el ser doctor solo era una excusa para observar problemas que nadie los podría solucionar. Lo que sobrevino después fue un temblor de corriente helada que recorrió mi cuerpo de principio a fin y que me tuvo a mal traer, pero ante todo esto yo supe disimular bien e intente tomar un giro de 180 grados al decir con toda la desvergüenza del mundo que se trataba de la gripe asiática.
Entones me detuve, tomando un lapicero como elemento distractor, para explicar en que consistía la gripe asiática. La gripe asiática a mi parecer comente es la influenza contenida por los orientales que vienen a residir al Perú, sin embargo cabe aclarar que se necesita un tratamiento especial doctor – paciente que restaura las defensas que son precisamente que ataca este virus.
Al final de la exposición final tu ni tu padre habían entendido un carajo, yo personalmente estaba convencido de que mas sabia de jardinería que de medicina pero los ciclos pasados de la universidad me respaldaban con un futuro medico a pesar de que no se supiera que me la pasaba copiando examen tras examen y que cierta vez tuvo que enamorar a Matilde para que ella me hiciera el examen.
Esa ocasión casi no la cuento apenas me faltaban cuatro horas para el examen final de anatomía humana II y yo no pude hacer nada para que el tiempo se detuviera, entonces tuve que recurrir a lo que menos pensaba que pasaría, enamorar a la profesora.
Matilde, la profesora, tenía ya cuarenta años no se veía mal tenia a mi parecer poseía unas piernas encantadoras y su cabello era rojizo como el atardecer del verano, ese que se mira desde que los autos se van de la playa. Poseía ojos negros, cejas delineadas y un lápiz labial rojo pasión que se lo había regalado hace un año una alumna a la cual yo quise mucho. El mismo día del examen entre a clases muy temprano, en mente tenia que hacía mas de un mes que me veía con el rabillo del ojo pensando en que yo no lo notaba, así que decidí mandarme con todo, total estaba punto de jalar por tercera vez consecutiva el curso, así que me arme de valor le quite los lentes y le di un beso apasionado.
Matilde se me quedo mirando después de aquel contacto, no lo podía creer, no podía creer que yo había tomado el valor de estamparle un beso a pesar que en las reglas de la universidad estaba prohibido todo tipo de relación alumno - profesora. Entonces no aguantó más y me devolvió el beso pero esta vez con mucha más pasión de lo que hasta el día de hoy cualquier mujer me ha besado, en ese momento supe que no desaprobaría el curso más asqueroso de mi vida. La anatomía desde aquella vez pasó a ser parte de mis conocimientos puesto que pude ver instantes después su cuerpo desnudo frente al mío, jugamos al alumno y al profesor, al león y a la domadora. Su cuerpo calentaba mi cuerpo entero de los pies a cabeza y mi sangre hervía de pasión al contacto con cada una de sus caricias, al final de la histeria total, el desenlace perfecto, el cansancio.
Recuerdo que me desperté ya eran las 3pm de la tarde, la evaluación estaba programada por la noche, ella estaba durmiendo a mi costado. El piso estaba helado pero el cansancio pudo mas y nos había tendido como dos locos enamorados en busca de amor, así que sin hacer mucho ruido para no despertarla me incorpore rápidamente pero sigilosamente del piso.
Después de tiempo y para ser exactos cuatro meses y dos días tuve que decirle adiós a mi tan amada Matilde, ya para esto habíamos podido jugar en todos los rincones de la universidad, no creí que le afectaría tanto, ni que se podría como se puso el día en que tuve que decirle que ya no nos podríamos ver mas.
Ese día estaba radiante como el sol, con una sonrisa de oreja a oreja, es que el hacer el amor le había cambiado la vida, su vida había dado un vuelco de 180 grados. Esa mañana se pareció al primer beso lo que sucedió fue algo brutal. De primera instancia la había citado en el parque de los frutales que para mi era el escenario perfecta para la ocasión, era un lugar ajeno al amor y por retazos oscuro. Para mi era la primera vez que tenia que hacer frente al desamor la verdad es que no estaba preparado para decir no te amo, no te amo, no te amo e irme como un pequeño e inocente pajarillo. Podía valerme de haber nacido un hombre e imponer que por alguna vana tentación habido dejado de amarla
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