Al ver el atardecer se ha quedado adormitado, no puede creer lo que un dia fue, lo que un dia consiguio. Es que algunas veces la vida es tan ligera como la brisa de las mañanas y efimera como el rocio que cae por sobre las plantas.
Santiago sigue sentado sobre el jardin de la vecina y aun sabiendo de que la vieja de al lado le echara agua permanece sentado, recuerda lo que su padre le ha dicho hace tan solo dos años;
Santi las cosas no vienen por que en fin sino que todo se consegui por sacrificio, santiago no quiere ser doctor el ha nacido para ser escritor, para ser un encantador de serpientes, una narrador por excelencia y una persona que desea mas que nada en el mundo vivir junto a una pc para poder escribir sus historias fantasticas y lunaticas. Una sensacion de si sale a relucir, la sensacion de vivir al margen de esa sociedad en la cual cada uno compite con otro por los estudios, la comida, el sexo, la admiracion y por sobre todo el respeto.
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